miércoles, 20 de julio de 2011

ENTREVISTA: BERTO MARTÍNEZ

La carrera de este dibujante y acuarelista es el ejemplo de cómo el trabajo infatigable, talentoso y autoconsciente hace al artista. O deberíamos decir simplemente creador, o si apuramos, ilustrador. Así se define el barcelonés cuando se pregunta en su última exposición, Work or Art?, sobre las paradojas de lo artístico. Descubierto por la revista Woman, Berto ha seducido con sus acuarelas a marcas de renombre (Louis Vuitton, Custo Barcelona, Zara, Uniqlo, Ministry of Sound, Clickair, etc.) y ha ilustrado páginas de infinitas publicaciones (W magazine, GQ, Cosmopolitan, Die Spiegel, Madame Le Figaro, H Magazine, etc.). Su principal reto es mirar al fotógrafo de igual a igual, defender la legitimidad de su gesta en los medios, recuperar el terreno perdido por la ilustración gráfica en el imaginario colectivo. Como prenda nos deja los magníficos retratos de la maja Scarlett Johansson, de una inquietante Zooey Deschanel y de Quentin Tarantino en bolas…

Berto Martínez nos invita a pasar a su estudio de la Diagonal con una corrección y cordialidad impecable, con la tranquilidad de espíritu que da el trabajo bien hecho. El taller es una sala de dimensiones modestas: una mesa de trabajo con bocetos y pigmentos varios, y otra abarrotada de libros y discos, sus fuentes e influencias que repasan la historia del arte con atención especial a sus referentes cartelistas Alphonse Mucha, Aubrey Beardsley y Alexandre de Riquer, y a los dibujantes renacentistas Jean Clouet y Hans Holbein. Suena Beethoven mientras nos aposentamos en ambas sillas acolchadas y enfrentadas, tras las luces de la avenida donde se sostiene esta tribuna acristalada. Berto excusa no poder mostrarnos sus obras porque están expuestas en la tienda Vallery, todo con el fin de polemizar.

El nombre de la exposición Work or Art? nos invita a reflexionar. Pero tú cómo te defines, ¿artista o artesano?

Ni artista ni artesano, ilustrador. Creo que la pieza final no tiene por qué ser una pieza única, ni tangible, ni física, que sería el trabajo de un artesano, sino que es una imagen que está pensada para ser reproducida, con lo cual el aspecto físico de la obra ya queda en segundo plano. Al final el trabajo es un archivo informático pensado para ser reproducido. Y tampoco me siento artista ya que mi trabajo responde a un encargo y está limitado. A finales del s. XIX se bifurcaron las obras por encargo, por un lado, y las estrictamente artísticas, la visión romántica del artista que no está sometido ni vinculado al encargo, que su obra simplemente responde a intereses propios y personales.

¿Es posible sentirse heredero de las dos posiciones, la prerromántica y la del artista marginal?

Claro, a mí me gustaría sentirme heredero de Michelangelo Buonarroti, salvando las distancias… Tiene mucha curiosidad cómo resolvían temas que les venían impuestos, como por ejemplo pasajes de la Biblia, que es algo que hace un ilustrador, darle forma a un texto. Work or Art es un título irónico, si alguien cree que son piezas artísticas quiero decirle que está equivocado y que simplemente son imágenes que responden a un encargo.

¿Cómo realizas tus ilustraciones?

Recopilo información sobre el tema, hago un pequeño boceto con PhotoShop, después lo transcribo a mano sobre papel con acuarela y otras técnicas, lo escaneo, digitalizo y envío.

Durante este proceso, ¿en qué momento te sientes más libre?

Una vez asimilado el objeto a tratar intento sentirme, tanto a nivel formal como conceptual, no demasiado sujeto. Necesito total libertad y que nadie se entrometa demasiado en lo que hago.

¿Siempre les dejas satisfechos?

No, muchas veces me han tumbado trabajos. El motivo habitual es que es un trabajo difícil de asentar, sobre todo en publicidad me han dicho que es un trabajo demasiado difícil.

¿En qué te inspiras para tus composiciones?

Ha de inspirar sobre todo el tema u objeto a tratar. Si realmente no te sientes cómodo ni con el personaje retratado, ni con el discurso, es complicado. Hay muchas cosas, desde la pintura gótica o el arte románico… Siempre estás en contacto con muchas imágenes y en el proceso de gestación estas imágenes siempre están presentes de alguna manera, pueden influir desde dibujos del Renacimiento, todo el periodo simbolista, que me interesa mucho, el Realismo y el Romanticismo, y hasta el siglo XX. Me gustan autores como Maxfield Parrish, Norman Rockwell o la escuela americana de los setenta.

Platón decía que la pintura muy realista induce al engaño, ¿qué es para ti el realismo?

Es el lenguaje que he elegido. No considero que la pintura naturalista o muy realista sea mejor que otra más abstracta, sintética o estilizada, simplemente es el lenguaje con el que me siento cómodo y consigo expresarme. Siempre es artificio y siempre es engaño, algo que no existe… Yo no tengo grandes complejos: trabajo a través de fotos. Vermeer trabajaba con cámara oscura y Canaletto usaba un cristal para hacer un perfil del paisaje veneciano. Es una herramienta más.

Busca las 7 diferencias entre: fotografía e ilustración.

1ª: La ilustración siempre será más subjetiva, aunque la fotografía pueda ser lo más subjetiva que quiera el fotógrafo… Permite penetrar más, tener más control sobre la imagen.

2ª: En la ilustración hay un trabajo más táctil, más artesanal, menos vinculado a la tecnología.

3ª: Tiene una presencia mucho más reducida en lo medios de comunicación y todo ilustrador tiene que luchar contra la supremacía de la fotografía que está omnipresente en los medios.

4ª: La ilustración tiene mucha más tradición. Las revistas le deben mucho porque durante mucho tiempo generó los contenidos de éstas antes que la fotografía se considerara un medio de expresión.

5ª: La ilustración es más económica: encargar una ilustración sale más barato que organizar una sesión de fotos con estilistas, modelos, fotógrafos, etc.

6ª: Paradójicamente, siendo más antigua puede ser más moderna, porque juega la baza como herramienta mucho más contemporánea, ya que rechaza algo que está muy consolidado como es la fotografía.

7ª La ilustración introduce un elemento lúdico a un medio de comunicación.

En tus ilustraciones los personajes rebosan personalidad, ¿cuál es la clave del retrato?

Conocer al personaje, físicamente o porque es interesante su vida y obra. Intentar hacer un retrato psicológico del personaje, lo que piensa, lo que opina, lo que significa ese personaje, por qué es un icono… A muchos de los retratados los he fotografiado yo e intento que se sientan cómodos y naturales, aunque siempre buscas ir más allá de lo que ofrece la fotografía.

¿Cuál es la dimensión del color en tus creaciones?

Si lo hay, muy importante. Pero también está bien la ausencia de color, el blanco y el vacío es algo muy importante en mi trabajo, aunque a veces ha sido un hándicap porque los clientes se han quejado de demasiado espacio vacío. Yo rechazo una ilustración totalmente colorista, opto por que la gamma y paleta de colores sea muy reducida, es donde me siento bien. Si es menos alegre y festiva yo lo siento mucho, la ilustración no tiene por qué ser colorista ni llamativa.

Según tu parecer, ¿cuál ha sido la época dorada de la ilustración gráfica?

Desde que existe el códice o el libro manuscrito que los miniaturista se dedicaban a ornamentar, este fue un buen momento, y el otro a partir de que aparecen las revistas como “Punch” en el siglo XIX, y figuras como John Tenniel que ilustra Alicia en el país de las maravillas, también la literatura ilustrada, de Gustave Flaubert, por ejemplo, o, en el siglo XX, la aparición de las primitivas revistas de moda como “Harper’s Bazaar” o “La Gazette du Bon Ton”, cuyo contenido gráfico eran ilustraciones. Luego en los setenta, antes de las composiciones a lo monte Rushmore, con PhotoShop, se hacían carteles que son joyas del diseño gráfico y de la comunicación. Lo mejor sucede desde los años veinte hasta los setenta.

¿Cuál es la realidad laboral del ilustrador?

Cada vez hay menos salida, porque hay demasiadas alternativas mucho más fáciles, factibles y rápidas que el trabajo del ilustrador, que conlleva un determinado plazo cuando el mundo va a una celeridad aberrante. El retoque digital con PhotoShop ha conseguido desplazar la ilustración a un nivel anecdótico, comparado con el papel que tenía en los sesenta y setenta. Hay que tener suficiente imaginación para buscar nuevos formatos y soportes porque los convencionales pueden fallar, uno cree que sólo con el ámbito editorial y las revistas podríamos subsistir, pero no es así. Publicidad puede ser otro ámbito, también packaging o estampas en textil. Yo empecé por casualidad en revistas de moda, que hasta Custo no me habían interesado demasiado, pero también he hecho revistas, campañas, estampados para colecciones de moda, he diseñado botellas, cajas, etc.

¿Has probado otros registros?

Desde el principio he sido bastante naturalista, más sintético o más hiperrealista por ahí me he ido moviendo siempre. Me gustaría probar otros registros, descubrir otros lenguajes. Pero, no ha sido fácil llegar hasta aquí, así que me voy a quedar más rato. Llevas tanto tiempo intentando que otra ilustración sea posible que ahora por ser coherente tendré que trabajar en esto. Que el trabajo no sea un dibujo ligero en ilustración es todo un hándicap. En este sentido, llevo años haciendo activismo. No tiene por qué ser un dibujo ni agradable, ni simpático, ni colorista, ni luminoso, ni brillante. Introducirse fue un proceso largo y tortuoso, no se trata de estar inmerso en un boom ni tener un exitazo, sino que un director de arte se fije en ti, te descubra: así, el trabajo viene condicionado por el azar. Tengo 35, empecé profesionalmente hace 8 años. Era mi gran afición, ocupaba mi vida. Si no fuera ilustrador sería fotógrafo.

Te alejas, pues, de toda pretensión artística

Exponiendo y elevando mi trabajo a arte me siento muy incómodo, no lo voy a defender. No quiero convertirme en alguien que genera arte y luego lo lleva a una galería, que tiene ese halo sagrado. Tampoco me apetece ahora explorar un mundo único y personal, la búsqueda del yo…. Me siento a gusto hablando de cosas que son ajenas a mí, que me vienen impuestas, poder describir lo que está pasando en un momento. Ya no sé si el arte está para estas cuestiones, y tampoco el mercado artístico me interesa ni me parece un ámbito demasiado artístico… Intento que no estén demasiado presentes mi persona ni mis intereses. Hay una manera de hacer que al final se convierte en tu sello, que es una prolongación de tu persona, pero yo en cuanto a temas prefiero hablar de cualquier cosa que me venga impuesta. Parte importante es aquél que hace el encargo.

¿Cuál ha sido tu encargo más difícil?

Pintar una pared durante una hora en una cena, en la inauguración de una tienda de Vuitton, durante la cena tenía que estar presente y pintarlo.

¿Tienes alguna espinita clavada?

Todos los ilustradores, que de alguna manera estamos en total desencuentro con la clientela y muchas veces en la total de las incomprensiones debemos tener miles de espinas clavadas…trabajos que no han salido bien, y pequeños fracasos laborales. ¿Algo que me he dejado por hacer? No lo sé, no caigo.

Redacción: Santi Velázquez
Fotografía: Núria Serra

martes, 12 de julio de 2011

ENTREVISTA: LOVE OF LESBIAN



Entrevista con Santi Balmes. Barcelona, sept. 2008.

Incierta mañana de septiembre, vamos a empezar nuestra aventura de la mejor manera posible. Así lo soñamos y en seguida tuvimos a Santi Balmes, cantante del grupo catalán Love of Lesbian, sentado frente a su cortado en una terraza cualquiera del Eixample. Nos comentó que sigue vivo después de una gira de 54 conciertos, que su vida no se limita a los escenarios, que mejor tener un pie en la calle para no alejarse de lo que le pasa a la gente. Esto es: un trabajo, una familia, y quién sabe. Admite necesitar flujo de dinero por ser manirroto y querer comodidad comprensible. Nuevo proyecto con nueva discográfica, Music Bus. Empiezan a grabar el 3 de noviembre. Tras una hora fuera del tiempo, concluimos con Foster Wallace, días después lamentamos su muerte.

Hace poco más de un año, justo después de la grabación de Cuentos chinos para niños del Japón, fuisteis escépticos con el disco y os mostrabais inseguros. ¿Cómo se traga esto con el éxito total de crítica y público que habéis tenido?

Porque somos un grupo mega-autocrítico, yo rozo la enfermedad… Y, a parte, estaba Maniobras de escapismo que había generado un efecto sorpresa tan bestia, que pensábamos que todo lo que iba a pasar a partir de entonces iba a ser "ahh". Por mucho éxito que haya tenido Cuentos chinos para niños del Japón, muchos dicen: “No, no… no ha superado Maniobras”. Aunque la gente que nos ha conocido por Cuentos chinos… dice lo contrario. Realmente, mucha gente del público está de acuerdo con nosotros, que Maniobras de escapismo fue hecho con mucha espontaneidad tan bestial, “voy a hacer esto como si nadie me escuchara”, como quien baila solo en casa, era la noche del fin del mundo, qué importaba... Con Cuentos nos daba la sensación que todo el mundo nos iba a escuchar y se iba a lanzar encima de nosotros e iba a ser un drama increíble. Y no fue así, la verdad es que se han complementado un disco con el otro.

Con esta presión, ¿os sentís atados a algo en especial?

No es una presión de ventas, sino que hacemos cosas para que perduren, para que puedas escuchar Maniobras o Cuentos o el otro y te siga removiendo. Eso es lo que pretendemos, no salir en la tve1 en prime time.

¿Eso nunca lo querríais?

Tampoco creo que se trate de cerrar puertas. Lo que está claro es que hay medio país que nunca nos va hacer caso, que no se va acercar al grupo aunque sólo sea por el nombre. Conozco gente que ha dicho: “Pensaba que erais un grupo de guarras”. En España la gente tiene muchos prejuicios a la hora que pase algo nuevo. No hay pasión por lo nuevo. Entonces podemos aspirar al otro medio país, a los rojos, que son veintidós millones de personas.

Habéis cultivado un número importante de fans, especialmente con el último disco. ¿Cómo ha influido este fenómeno en el grupo?

Lo vivimos muy bien, pero te abruma un poco la sensación que tiene la gente, escuchas cosas muy bestias: gente que combate una enfermedad grave escuchando nuestras canciones o gente que se ha casado escuchando “Música de ascensores”. Cosas que se te escapan por completo del control, y eso es lo bonito, cuando se te escapa. Pero abruma mucho la sensación de que si fallas quizás alguien te va a disparar desde primera fila.

Vuestros directos destacan por la entrega al y del público. ¿Qué pretendéis con esta interacción?

Si una obra artística no te cambia después de haberla visto o escuchado, no tiene ningún sentido, has perdido el tiempo. Si vas a un concierto, quieres salir diferente. Si voy a ver a Coldplay y me deja exactamente igual, tan predecible, es como tirar el dinero. Partimos de la base que hay unos cuantos temas que sólo cantarlos ya generan una emoción. Pero tiene que haber algo más, el efecto sorpresa. Está muy difícil la cosa como para que en los conciertos que hagas bajes la cabeza. Es absurdo, estás en Barcelona, estás en este país… Hemos aprendido mucho como es el público de este país: tienes que hacer una serie de inputs, de acentos, para que el concierto sea una gráfica ascendente o descendiente, para que haya movimiento.

Cada vez más sois un poderoso referente, ¿de dónde sacáis la inspiración?

Es como un sentimiento de pérdida constante que tienes, con el que llevo luchando desde que era pequeño. Por lo que respecta a mí, me pongo en plan psicoanalista, pero desde el divorcio de mi padres, con mi música hice una burbuja. “Ahí que le den al mundo y me voy a montar el mío”. Es un mundo que creas para autoprotegerte de lo bestia que hay aquí fuera. Lo comunicas y si coincide con los demás, perfecto. Hay acontecimientos en tu vida que te llenan de contenido. Si te paras a pensar en la gente que te gusta, si indagas, ves que hay momentos clave que un chaval de clase acomodada que le ha ido perfecto lo máximo que conseguirá hacer es un calco de otra cosa porque no hay un bagaje personal. De eso, creo que voy sobrado, tanto para ser autobiográfico como para ser escapista.

Vuestra música transpira un notable poder imaginativo… ¿cómo es el inconsciente de Santi Balmes?

Mi inconsciente es lo mejor que tengo. Yo soy una persona muy normal en el fondo…pero eso [de ser normal] de entrada nadie se lo cree, no sé por qué lo sigo diciendo pero… Quizás tengo más diálogo con el inconsciente que la mayoría de personas. Es el truco, tengo un interface entre lo que es la parte consciente y la parte inconsciente. Hay gente que eso sólo lo tiene en sueños. Yo he desarrollado algún tipo de técnicas que sirven para tener un diálogo más fluido con la parte más animal y delirante, más febril.

Habláis de la fragmentación de la identidad, pero, ¿dónde encontrar un universo propio e íntegro?

Por ejemplo, si hoy tú desaparecieras del mapa y alguien quisiera hacer un croquis de cómo eras, puede ir a toda la gente que te conocía, a tu familia, les haría entrevistas y todo eso sería un 30 % de lo que eres en realidad. El conocimiento, tanto el que tiene la gente de ti como el que tienes de ti mismo, es fragmentado. Con lo cual, la personalidad es como un cristal roto, tu lo ves pero no acabas de ver el más aislado.

La nostalgia por el amor que tratan vuestras canciones es muy personal, ¿qué papel juega el amor en el universo lesbiano?

Me voy a poner "fifi", pero, todo es amor. Amor por el surrealismo en un momento dado, por el dadaísmo o amor por vivir. A parte, en una relación de pareja o de amistad pasas tantos momentos que no podrías parar de enfocar una relación con miles de prismas. Yo creo que es lo que nos mueve. La asignatura pendiente es lo que tu das a las personas y lo que ellas te dan a cambio, y lo que puedes sentir cuando tu piensas que das demasiado o cuando piensas que podrías dar más o la otra persona te pide más. Es un conflicto eterno y siempre lo será. La vida en pareja es eso. Es raro, aun en la pareja feliz, que tu estés dando lo mismo que recibes, yo no lo he visto.

¿Prefieres la realidad o la ficción?

Para mí es un todo. Generalmente, los discos conceptuales, excepto grandes obras como The Wall, te aburren. Incluso en el muro de Pink Floyd hay momentos que son muy biográficos y momentos que son totalmente delirantes, como cuando juzgan al protagonista, y todo es muy febril y desértico. Una cosa es la respuesta a la otra. No me gustan los discos que están siempre andando por flores, en plan psicodelia y todo es guay porque me parece muy vacío en el fondo. Pero tampoco puedo soportar demasiado un disco mega-realista. La parte de mi es estar con medio pie dentro y medio pie diciendo: “Esto no me está gustando nada. Créate tu propio mundo”. A veces, en el propio mundo que creo, incluso cuando escribo relatos, los personajes tienen más vida que algunos seres humanos que no conozco. Viven dentro de mí con una intensidad tal que es muy difícil pensar que no existen. No hablo del “cuñado”…

«Historias que contar»; «nos encantan las mentiras»; etc. ¿La ficción salva los obstáculos de esta vida, como la incomunicación, o es simplemente un cuento chino?

A mí me ayuda… de hecho lo que me pregunto es cómo se puede vivir sin eso. La vida está basada en el autoengaño. Es el factor de los libros de autoayuda. Pero es un autoengaño decir que tú tienes el poder absoluto y tienes el poder de cambiar tu vida. Me parece tan estúpido que puedas llegar a pensar que todo el mundo tiene ese poder. Habrá gente que en un momento dado le habrá servido para tirar adelante, para autoengañarse, ese es el secreto. En mi caso [la ficción] me ayuda constantemente porque tiene mucho diálogo todo, es como un ecosistema: si todas estas ficciones se apartan en un cajón te ayudan a nivel personal a pasar el día a día, pero cuando todas estas ficciones las plasmas en una realidad como un disco, un libro o una película estás cambiando la realidad de las personas y estás cambiando tu vida. La ficción pasa a convertirse en algo muy tangible. A nosotros nos ha cambiado la vida.

Vuestra música es un ejemplo de cómo se salvan las barreras...

Puedes ayudar a los demás, por ejemplo, hay gente que se levanta por la mañana con “Me amo”… El poder es enorme. Hablan de la erótica del poder en la política, pero también hay un cierto sentimiento del poder en un grupo pop o rock o hip hop. Por eso digo que es un ecosistema: en el momento que esa ficción pasa a la realidad, genera otro tipo de realidades que cambian tu entorno, tu manera de vivir, pasas a vivir casi de esto, has influenciado a las personas, y a su vez genera un nuevo tipo de experiencias que luego tú las reciclas en otro tipo de ficciones que vuelven a ir para allá… Es una teoría en la que estoy trabajando…[risas]

¿Tratas sobre esto en tus libros de relatos?

No, el libro de relatos es pura ficción. Tengo unos siete libros pendientes de acabar… Porque cuando tengo una idea lo importante es quedarme con las líneas básicas de la idea y después lo que me da más palo es desarrollarlas. Igualmente es un defecto que tengo con los discos: traigo las letras, las canciones,… pero siempre necesito de la mano del grupo y de la producción para que se acabe de pulir todo y acabe por tener un orden. Yo soy muy caótico, como una especie de explosión continua y efervescente de ideas, propuestas, melodías, letras, etc. Y alguien tiene que coger una y decir: “A ver, tienes 50 temas, en la vida real, en un disco sólo caben 10, voy a tener que decidir por ti, me sepa mal o no, y tu te vas a fastidiar”. Con el tema de escribir aún no tengo esa persona que me diga: “Con estas 25 páginas son una bazofia y esta es la clave que tendrías que desarrollar más”. Un productor en definitiva…

Cierta actitud irónica sobrevuela vuestras canciones como en cuento posmoderno. ¿Qué función tiene en vuestras vidas?

Utilizamos siempre la ironía para referirnos a nosotros mismos. Por parte de familia paterna siempre ha habido un humor muy inglés. Quizás hayamos sido muy fans de las series inglesas que daban en TV3 como Monty Phyton… Se ha vivido en mi casa siempre este tipo de ironía. Y en muchos casos cinismo, un cinismo súper cruel y muy bestial. También hay parte del grupo que también es así. Es como una vaselina de la realidad. Te dice grandísimas verdades con un toque sarcástico.

Os decantáis más por el sarcasmo que por la parodia “inofensiva”…

Siempre hay un trasfondo súper dramático de la condición humana. Para mí es fundamental, y lo he mamado desde pequeño. Y he tenido que atemperarlo un poco, porque lo que he mamado en mi familia es cinismo absoluto, que salías a la calla y decías: “Ostras, la gente es buena”. La ironía se practica, es una cosa diaria, sólo hace falta que te juntes con gente que practique el mismo deporte, y es un músculo también. Poco a poco le ves el doble rasero a las cosas.

Love Of Lesbian han retratado genialmente personajes tan disparatados como un psicópata, un misántropo, un narcisista, un budista, el cuñado... ¿podremos añadir más ángeles caídos a la lista?

Sí, sí, ángeles caídos hay tantos que necesitaría una vida entera para retratarlos a todos. Algunos creo que saldrán más en formato de relato, otros puede que salgan en alguna historia delirante sin ningún tipo de emoción, pura ficción todo. Pero me da la impresión que en el próximo disco todo irá en relación a una historia que sea bastante homogénea, con lo cual, no creo que aparezcan en el próximo disco de Love of Lesbian demasiados personajes nuevos. Tendrá un hilo conductor de dos personas, a lo mejor. Ahora, sería un recurso fácil hablar de la suegra María o de “Houston tenemos un problema 2”…

Maniobras de escapismo es un disco variado pero orgánico, genial en su conjunto, mientras que Cuentos chinos para niños del Japón resulta más desigual, caótico aunque está cargado de momentos sublimes. ¿Cuál será la orientación del tercer disco en castellano a nivel musical?

Para mí es como acabar una trilogía, el próximo tiene que ser un resumen de lo aprendido. Es fundamental como idea artística plantear el disco, hasta cierto punto, como un largometraje. Cuentos y Maniobras eran una colección de relatos, o cortometrajes. Lo que pasa es que si tu pusieras todas las canciones serias del Cuentos y el Maniobras y las juntaras, y luego las delirantes por otra parte,… puede ser bastante increíble. Creo que así tendrías tres maneras de ver el grupo: la de ahora y las otras dos. Me interesa verlo como un libro o un largometraje…

Y su banda sonora…

Sí. La palabra es esa. Es muy probable que dentro del título del disco salgan las palabras “banda sonora”.

En un futuro, ¿habrá más canciones en catalán, fruto de una evolución en la búsqueda de un lenguaje propio como ocurrió al pasar del inglés al castellano?

Tengo un problema con el catalán que tengo que solucionar. Es mi lengua materna y el castellano no lo aprendí hasta los 5 años. Pero principalmente, el catalán es la lengua que utilizo con mi familia mientras que el castellano lo uso con mis amigos, para emborracharme y drogarme. Cuando hablo en catalán me convierto en una persona más seria, más seca, pierdo mucha parte de fantasía porque es el lenguaje que uso con mi madre para decirle que todo me va bien… Y la lengua configura el pensamiento. Entonces, tengo que buscar porque me puede llevar a hacer algo interesante, encontrar mi propio lenguaje. El catalán lo asocio con la obligación, el compromiso, la tradición, de la familia convergent. No me siento cómodo, pero me sentiré tarde o temprano… lo tengo que probar.

Viendo los precedentes, podrías investigar…

Sí que lo haré, pero no creo que lo haga a corto plazo porque ahora estoy en una fase de desarrollo que no quiero romper. Lo haré cuando sea más acomodaticio y pueda dar conciertos cerca de casa, esta es la envidia que me dan grupos como Els Pets… ¡Qué suerte estar en un país pequeño!

¿Cómo trascender la síntesis brutal que se gesta en canciones como las que habéis hecho hasta ahora, como Houston?

Houston era un relato de 10 páginas y lo pasé a letra. Eso quizás es uno de los trucos. Fue un proceso de adaptación brutal. Luego lo borré… Con uno de los monos de la nave, se dieron cuenta cuando aterrizó que había sido sodomizado por uno de los astronautas. Entonces la NASA investigaba al ruso y al yanqui para saber quién había sido. Y a partir de ahí lo traspasé a canción porque pensé: “Como relato no se aguanta pero como canción sí”. ¿Cómo lo sintetizo? No lo sé, es muy complicado, pues a veces me da la sensación de que no estoy escribiendo lo que estoy escribiendo, sino que me están dictando; no es que escuche voces, pero de repente mis dedos van solos. Luego pienso: “Qué bien!”. Pero, ¿cuál ha sido el proceso?… tampoco me interesa saberlo porque entonces se habría convertido en técnica y perdería parte del encanto. Lo chulo de esto es que cada día es una incógnita.

Pero tienes el peso del resto de composiciones detrás

Sí, pero ya lo he dejado atrás. En Cuentos sí que lo padecí mucho, fue un jodido horror, pensaba que no iba a salir adelante. Parecía que hubiera perdido la espontaneidad. Tenía un mundo esperando que la pifiara, pues en este país lo que esperas es que la gente la pifie para rajar, es un país muy hijodeputa… En este no, he aprendido y creo que voy a disfrutar…

Se nota. Pero cuando escuchas Maniobras lo percibes muy libre, mientras que Cuentos es angustioso, ¡parece que te vayas a estampar!

Esto pasó a todos los niveles, no solamente me pasó a mí. Piensa que somos dos grupos, con el inglés era una cosa muy diferente. Lo que ha pasado es que seguimos conservando el sentimiento de que, hasta hace poco, éramos la mierda más grande del indie español. Hay cierta parte de nosotros que aún piensa que no nos conoce ni dios, y estuvimos a punto de olvidarlo, pero dijimos: “No, ¡pero si es lo mejor!”. Que vayamos a disfrutar de este disco no quiere decir que vaya a ser un festival del humor, sino que después del Cuentos nos hemos librado de compromisos y queremos hacer lo que nos de la gana, incluso aunque el planteamiento del disco sea muchísimo más serio. Es la fluidez… es lo que decías tu, en el Cuentos hay unos picos que piensas que no vas a poder superar como la parte instrumental de “La parábola del tonto” o partes de “Universos infinitos” o “Los colores de las sombras”, etc. Pero así como en Maniobras las canciones delirantes y las serias convivían mejor, en Cuentos se enfrentan. Cuando por primera vez mi pareja escuchó “Villancico para mi cuñado Fernando” me quería matar…

¿Existe este cuñado?

No, no existe... Me decía: “Pero, ¿cómo después de haber hecho “Universos infinitos” o “Un día en el parque” metes esta piedra en medio del disco? Es quizás para quitarnos importancia, quitarle hierro a todo lo que decimos. Ahora nos vemos más capaces de que todo fluya, aunque todo esté enfocado hacia el drama absoluto. Cada vez me siento más libre, pero te tienen que gustar los retos imposibles. Soy una persona muy poco práctica, me pones a archivar documentos y moriré al cabo de tres días de pena como un animal enjaulado. Tienes que intentar tirarte a Charlize Theron y nos apostamos algo (aunque tarde 5 años), la vida esta hecha de retos, sino me aburro mucho... [risas]

¿Cómo ves el panorama musical indie en España?

Una mierda… no… Personalmente es como en todo, cuando mejor es el músico más humilde es. Me sorprende bastante encontrarme con grupos maqueteros que tienen muchísima pose, muchísima actitud, pero cuando abren la boca dices “No hace falta ni escuchar lo que haces, tío”. No vale la pena perder el tiempo. Hay mucha pose, mucho petardeo, en los camerinos…

¿En Barcelona, en particular?

No excesivamente en particular, pero en Barcelona se junta con la prensa. Cuando en un concierto muy independiente, el único público que ves son otros músicos y peña de la prensa, eso no está transpirando bien. Eso nos pasaba al principio a nosotros, y nos preocupaba mogollón. Ya es difícil el mundo independiente para que encima sólo tenga que haber prensa y otros grupos… y es lo que pasa, hay una excesiva cerrazón. Entonces hay revistas que a la mínima empieza a triunfar un grupo independiente, pasan a ignorarlo.

Parece que Barcelona vive a otro ritmo de lo que aparece en los medios, ¿es más imagen que realidad?

Sí. Hemos caído en el vicio de convertirnos en la ciudad que intenta a toda costa ser la avanzadilla cultural de España, lo que genera un aperturismo de orejas. Pero, lo siento mucho por los nacionalistas: no hay mucha diferencia entre un catalán y un tío de Toledo. Y cada vez hay menos diferencia… El público independiente, por ejemplo, si está formado por músicos solamente estás acabado. Porque no hay nadie más crítico y envidioso que otro músico. Tienes que tener una base de personas normales que vayan a tus conciertos. La persona que normalmente raja ha ido a un concierto gratis y se ha bajado el disco por Internet. Nosotros todavía no hemos sufrido en nuestras carnes ese tipo de rajamiento, pero sí que hay grupos que son amigos míos de los que he visto críticas absolutamente demoledoras que pienso que sólo puede haber un músico frustrado detrás. La escena independiente, el problema que tiene es que se autofagocita. En el momento que empiezas a destacar, ten en cuenta que el mundo más sectario, más indie, va a ir a por ti de alguna manera, o te va a ignorar. Y eso, en otros puntos de la geografía no existe tanto, hay un acercamiento más lúdico a la música. Aquí se mira todo desde un aspecto muy formal: a ti te puede gustar algo para bien, pero si eres de Barcelona, y esa cosa no es terriblemente innovadora, vas a ir con mucho cuidado de decir que eso te gusta. Es muy fácil decir que Manolo García es una peste. Es muy fácil decirlo desde un punto de vista indie. En otros puntos el ambiente quizá no está tan contaminado, aquí está muy contaminado en ese aspecto. La obsesión absoluta por la modernidad… A mi me gusta porque te fuerza a intentar no ser casposo, tienes que intentar proponer y aportar cosas nuevas. Pero lo que tampoco puedes hacer es meterte con grupos independientes que tienen un punto que pueda gustar a los demás, que no son tan independientes, porque yo creo que cuanta más gente pueda haber dentro de esto, antes se podrá dar la vuelta a la situación. Lo importante es que entren de alguna manera. Barcelona es quizá la plaza más exigente dentro del país.

¿Positivo o negativo?

Obliga a que espabiles, aunque puedes caer en la tentación de hacer algo para atraer a un sector muy radical, tanto de prensa como de público, y al final sólo hagas un ejercicio de método: vamos a ser un grupo que mezcla trompetas desafinadas con un Casio. Es el mito del rey que va desnudo, nadie le ve pero yo no voy a ser capaz de decirlo porque quedaría como un retrógrado. Creo que todo tendría ser más sencillo.

¿Eres clásico?

No me considero clásico, pero primero tienes que aprender a hacer las cosas de una manera. Picasso no empezó haciendo cubismo… Es grandioso ofrecer una nueva manera de hacer las cosas, pero no es sólo eso… ¿porque no se ha hecho nunca tiene que ser bueno? Eso es una gilipollez. El momento glorioso es cuando tienes un poco de locura y haces las cosas a tu manera pero luego tienes un fondo personal de vivencias.

¿Les falta personalidad a los grupos españoles?

Creo que no es un problema de España. Sino: por qué hay grupos que se pasan tocando 14 años y nunca llegan a nada, y por qué hay otros que suscitan interés. Yo conozco grupos que tocan en el local de ensayo que cada año suenan a lo mejor del año pasado… Si tú intentas hacer de Franz Ferdinand, cuando salga tu disco, Franz Ferdinand estará haciendo bossanova. Esta es la falta de previsión que tienen algunos grupos que empiezan, y todo el mundo ha pasado por ahí alguna vez. La medalla de plata no sirve para nada, la puedes tirar en el cajón. Hay un punto en el que tienes que aguantar con tu historia, y tarde o temprano las piezas encajan a tu favor…

¿Cuál es el último disco o grupo que has descubierto?

A veces rememoro cosas. Ayer me puse hasta 6 veces “This is Hardcore” de Pulp, la canción, y cada vez me revolvía cosas, es una canción que me gusta mucho. Así nuevo, tengo ganas de escuchar el de Sigur Rós, me han dicho que han hecho un cambio radical.

¿Un libro?

Asfixia de Chuck Palahniuk, es un libro muy cínico, muy desencantado ante el perdedor americano. También, La niña del pelo raro de Foster Wallace. Es un libro que tiene la particularidad que lo puedes coger desde cualquier página que te engancha, y a la vez es imposible leerlo de la 1 a la 200. Porque tiene relatos larguísimos, y una cantidad de datos tan espeluznante como de personajes, situaciones y digresiones que se dan cuando te vas por una rama argumental… Es una aventura leerlo. También ha hecho un libro que se llama La broma infinita, que seguro que es una broma, ¡tiene mil páginas! Es un mito de la literatura norteamericana, el niño mimado. Es curioso de leer. El otro día también estuve escuchando La metamorfosis de Kafka que no había leído, y esta bien. Pensé: “Como soy músico, a ver si me entra mejor por la oreja que por la vista”. Pero si estoy escuchando música es imposible que pueda leer.


Redacción: Santi Velázquez
Fotografía: Núria Serra

miércoles, 6 de julio de 2011

BARNALIGHTS

Inauguro este blog con el fin de publicar de una vez las entrevistas a artistas de distinta ocupación que iban a formar parte de ww.barnalights.com, un proyecto que continúa en standby. Alguien me animó a sacar a la luz estos artículos y dejar de entonar el mea culpa cada vez que reconocía la demora en su publicación.

Desde aquí, el equipo de Barnalights.com traslada sentidas disculpas y agradecimientos a todos los que colaboraron.

Redacción: Santi Velázquez
Fotografía: Núria Serra